Creo en el poder del
amor. Creo que cada uno tiene su alma gemela y que esta aparece cuando menos te
lo esperas y que casi nunca está donde tú la buscas.
Creo que como decía mi abuelita “Casamiento y
mortaja del cielo baja”. Pero también creo que nosotros hemos de poner de
nuestra parte para que la película de nuestra vida tenga un final feliz.
Todos sabemos lo que es
la fidelidad pero está la fidelidad resultante del buen funcionamiento de la
pareja y la fidelidad decidida. Esta no es sólo “estar bien” con mi pareja,
sino “querer” estar bien con ella.
A veces…en ocasiones….OMMMMM……OMMMM….
hay que mirar lejos, al horizonte de una promesa dada y ese querer estar bien se
realiza como cumplimiento de una palabra dada.
Este año que se termina Daddy
y yo hemos celebrado las bodas de plata.
Hace 25 años hicimos una
promesa y cada día seguimos queriendo cumplir la palabra dada.
¿Somos seres raros por
mantenernos unidos después de tanto tiempo, en un mundo de relaciones de usar y
tirar?
(Pues qué pensarías….si
además supieras que lo celebramos con amigos, que hicimos una misa, si, si ,…¡misa!
Y que pretendemos seguir muchos años más
porque nos queremos y eso puede con todo… …)