Una de las tantas cosas
que me gustan en esta vida, son los papitos calentitos. Esos mofletes de bebés recién
levantados de su cunita que aun están calientes, sonrosados por el contacto con
la almohada. Ese primer beso en la carita aún semidormida me encanta, notar el
calorcito….mmmmm…..es como un bollito recién hecho.
Aunque hace ya bastantes
años que mis hijas dejaron de ser bebés, (ambas son universitarias) cada mañana
cuando las despierto sigo disfrutando de ese primer beso .
¡Tengo la mayor suerte
del mundo!
Me permiten sustituir al
frío despertador, acercarme a sus camas y despertarlas con un beso en el papito
calentito… …en ese momento…cada día…me transportan por unos segundos años atrás
y me reafirman que aunque cumplan 1000 años seguirán siendo mis niñas.
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