Hijapequeña tiene mal los
huesitos y con este clima que nos gastamos últimamente tan pasado por agua lo
lleva fatal. La reumatóloga le ha aconsejado hacer deporte y hoy la he
acompañado a nadar.
Llevaba muuuuuuucho
tiempo sin nadar y pensaba que en el primer largo me iba a quedar sin fuelle,
pero he completado 6 largos que para mí han sido todo un triunfo. (Hijapequeña
ha hecho unos cuantos más)
Pero el deporte de riesgo
de hoy estaba en la calle al ir a comprar el pan.
Un barre-barre conducido
por un cani-fitipaldi ha llegado por la acera a toda velocidad como si de un
gran prix se tratara haciendo saltar hacia los lados a todo el personal que
encontraba a su paso.
Los clientes de un bar
que estaban fuera (el pitillito y eso) se han tenido que apartar con mesa y
todo en un rápido gesto para salvar la vida.
Me ha recordado la escena
de la carrera de segadoras de la película “El príncipe y yo”.
El vehículo no es el más
apropiado para tal velocidad, pero quizás el cani-conductor quería conseguir el
bote de canicas del premio…
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