(para conocer mundo hace falta buen calzado...)
Lunes por la mañana nos dirigimos a la embajada y tras el control y la identificación, nos hacen esperar a que baje del despacho la persona encargada.
Resulta ser una chica que se ha dejado la sonrisa en el despacho, recoge los papeles tras unas secas preguntas:
-¿Es el original? (¡pues claro chica!, ¿que esperabas?)
-¿Has firmado? (justo donde pone fecha y firma, mira-tú-me-dio-por-ahí)
-¿Está la carta de recomendación? (sip)
-¿Está...? (Sip, sip, sip,...)
-Vale.
Se da media vuelta y se va.
Como hemos terminado lo que nos ha traido aquí y además Hijapequeña quiere hacer alguna compra, nos vamos por Madrid de paseo.
Cuando vas por calles donde hay tanta gente, y tan variada puedes acabar el día escuchando conversaciones en el metro muy absurdas o frases épicas como la que escuchamos a dos amigas¿?
-A este paso yo voy a ser como mi madre, que dice: Las tetas me hacen carreras para llegar al ombligo.
Y claro, oyes algo asi y te imaginas algo así...
Nota mental:cuando quiera dedicarme a los monólogos...acordarme de sentarme en un banco cualquiera de una ciudad y esperar...la realidad supera cualquier ficción.
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